Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu (Juan 19:30) Los últimos dos estudios se han ocupado de la tragedia de la cruz pero en este estudio nos concentraremos en el triunfo. En las palabras “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?” escuchamos una palabra de desolación. En las palabras “tengo sed” oímos una palabra de lamento. Pero ahora cae sobre el oído la palabra de júbilo – “consumado
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